DestinosCopenhague

Una gran vuelta sin motor

Antigua ciudad portuaria construida entre canales con varios puntos para recorrer, entre caminatas y pedales.
Arribamos a la ciudad en tren desde Berlín vía Hamburgo, grata sorpresa nos llevamos cuando el tren desembarcó en un ferry para cruzar hacia Dinamarca, si viajeros tal cual están leyendo, el tren sube al ferry y durante una hora disfrutaras de las mejores vistas del Mar Báltico con el tren dentro de un barco y vos en la popa.

Una de las cosas más lindas que tienen los viajes, son los amigos que haces. Ese fue el caso de Oscar, junto con Andrés y Erick ambos daneses que se conocieron caminando al Machu Pichu, en Perú,  17 años atrás.  Y esta vez ellos y sus familias, fueron los anfitriones de  Copenhague la capital de Dinamarca y nos mostraron todo de la mejor forma “entre amigos”

Andrés y Erick, amigos daneses



Nuestro punto de partida fue el Tivoli, un parque de atracciones, considerado entre los más antiguos de Europa, frente a la Estación Central de Trenes. Lo vas a reconocer por sus atractivas construcciones y colores. Abierto durante los meses de junio a octubre y desde mediados de Noviembre hasta noche buena por las ferias de navidad. Nosotros llegamos la primera semana de Noviembre de 2016, por ende cerrado, otra vez será.

Junto a él se destaca el edificio del City Hall, con visita gratuita podes conocerlo por dentro y no dejes de visitar el reloj que allí se preserva, es muy interesante. A pocos pasos visiten la Catedral, la Universidad y caminen por sus principales peatonales no dejen de entrar aunque sea a un local de Lego, los ladrillitos más famosos del mundo que son originarios de aquí.

Canal Nyhavn



Dos son los lugares más fotografiados de la ciudad, el primero el canal Nyhavn, construido hace más de 300 años para permitir la comercialización entre los marineros, hoy un lugar super colorido, oferta gastronómica y muchos turistas caminando. Y la segunda foto está en la estatua de la Sirenita, un tributo a Christian Andersen, el escritor danés más famoso, que ha escrito muchos cuentos de nuestra infancia, entre ellos El Soldadito de Plomo, El Patito Feo, la Princesa y el Gigante, Pulgarcito y, por supuesto, La Sirenita.

La Sirenita.



Si tanto pasear estas con hambre te recomendamos sigas caminando (o pedaleando) hasta la Isla de Papel (Papiroen), un antiguo depósito portuario reconstruido, que dentro te esperan muchos food track con delicias de todo el mundo.

Hasta acá caminando, ahora seguimos en pedales. Estadísticas no oficiales dicen que hay 10.000.000 de bicicletas en Dinamarca, o sea, mucho más que sus habitantes. Copenhague es una ciudad súper preparada para las dos ruedas, de hecho hay caminos, puentes y vías solo para bicicletas (además de los senderos exclusivos). Para empezar pedaleamos hasta la iglesia de Nuestro Salvador para ascender a su torre, muy llamativa por la forma y sus colores, con unas vistas panorámicas impresionantes, y si el día esta soleado como nos toco a nosotros, vas a verla única.

Desde allí visitamos Cristiana. Aquí en los años setentas las primeras comunidades hippies desarrollaron su estilo de vida, donde en su interior se permiten ciertas libertadas concedidas (pero no legalizadas) por las autoridades, entre ellas el consumo de marihuana. Eso sí, está totalmente prohibido sacar fotos en el lugar.

Todos los días a las 12 am se puede presenciar el cambio de guardia que se realiza en el Palacio Real de Dinamarca Amalienborg, allí vive la actual reina Margarita por ello no se puede visitar su interior, pero las afueras merecen una visita.
Si te gustan los museos pueden visitar el Museo Nacional con colecciones que repasan la historia a través de objetos muy variados, el elegante castillo de estilo renacentista Rosenborg, quien fuese el antiguo palacio de verano de los reyes hoy alberga las joyas de la Corona danesa.

A seguir pedaleando por este mundo, nuestro próximo destino Amsterdan!

Copenhague

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